Como ustedes ya saben, etnolatría significa la adoración a la propia etnia suplantando a Dios.
Uno de los más graves problemas que actualmente sufre España es el peligro de ruptura de su unidad nacional.Y mucha culpa de esta lamentable situación de inquietud por nuestra cohesión nacional la tienen ciertos Obispos y sacerdotes que, especialmente en Cataluña y Vascongadas, mantienen irresponsables posturas disgregadoras. Con ello, no sólo zahieren a su verdadera Patria, que es España, sino que además relegan su fe cristiana a un plano secundario, primando siempre su idolatría por una determinada raza o región a la que ellos pretenden convertir, antihistóricamente, en “nación. Anteponen su etnia a su fe.
No les importa que la unidad de España haya posibilitado considerables servicios a la causa de la fe católica en el mundo a través de la historia y que pueda seguir siendo en el futuro un valioso instrumento al servicio de esa fe verdadera .
Tampoco parece preocuparles como debiera la creciente pérdida de fe del pueblo español, se dijera que no tienen tiempo para dedicarse a esta minucia, ya que lo que a ellos verdaderamente les motiva es jugar ser políticos separatistas.
Su ilusión no es recristianizar España, sino más bien que esta deje de existir como una unidad con una misión que cumplir.
Para colmo, es que, precisamente, esa misión de España, no puede tener otro sentido que el espiritual.
De esta manera, los curas etnólatras se convierten en instrumentos al servicio de pseudonaciones que no son otra cosa en realidad que creaciones artificiosas elaboradas por el despecho, la soberbia, el racismo o el poder económico.
Existen en la actualidad en España, dos tipos de curas etnólatras, similares en la forma pero distintos en el fondo ; el cura u Obispo acomodaticio (¿un tal Blázquez?) y el cura iluminado (¿un tal Arzalluz?).
El cura acomodaticio, no es nativo de la región a la que ha sido destinado (que mala suerte), y lo que menos desea en el mundo son problemas, incomodidades o desprecios del tipo “ Ah sí, el nuevo Obispo, un tal........”.A partir de ahí, ya habrán adivinado ustedes lo que viene a continuación .... ¡En efecto ¡, se hará pasar por más nacionalista que nadie ni nada, hasta el punto de llegar a parecer Ibarreche o Carod Rovira, a su lado dos españolistas de 20-N, e incluso se dijera que estos acomodaticios están más pegados a “la tierra” que las mismísimas plantas del lugar. Tal es su frenesí de nuevo cuño. Intentan justificarle aludiendo a la radicalidad del converso, aunque la sospecha de malpensados suele ir creciendo a la par que hace lo propio la barriga del acomodaticio, demasiado acostumbrada, según los maledicentes , a los canapés de las no pocas recepciones con que son agasajados por los políticos “nacionalistas”.
En el fondo, el eclesiástico acomodaticio no se cree en absoluto el rollo nacionalista , sino que intenta adaptarse al medio y a las circunstancias lo mejor que puede , incluso a costa de su honor y del honor de la Iglesia.
Pretende , el tal acomodaticio, , demasiadas veces , el hacerse perdonar sus apellidos españolistas (López, García, Blázquez, etc...) a base de homilías y declaraciones con excesiva tendencia no ya a rozar el ridículo sino a instalarse en él a modo de adicción.
Estamos hablando de un tipo de ser humano más bien medroso y miedoso , ambiguo, interesado , de escasa talla moral , de poca valía en el sentido amplio del término, es lo que en la actualidad se conoce como un “antihéroe”.
Poco que ver, en realidad, con EL segundo tipo de cura etnólatra , el “iluminado”, pues este si que se cree el esperpento nacionalista. Estamos ante un tipo de hombre, no tan interesado como el anterior , sino más tendente al sentimentalismo.
Nativo, por supuesto, cuya excesiva atracción sensual por la tierra y el amor excluyente por su raza, así como la presión mediática y ambiental, le han llevado a un erróneo idealismo. Y no suele tener poco que ver su progresiva pérdida de fe con el aumento de su radicalidad nacionalista y viceversa.
Su idealismo le lleva a no ser tan miedoso como el “acomodaticio”, pero no obstante, no deja de ser un factor real y determinante en bastantes casos , especialmente tratándose de curas vascos, por motivos que no escapan a nadie.
Siguiendo con el “iluminado”, decir que estamos ante un individuo menos vulgar en muchos aspectos que su colega el “acomodaticio”,que en el fondo no es más que un pobre desgraciado al que su mala suerte le ha llevado a optar por el camino ancho por su falta de valor moral.
No obstante , y pese a sus diferencias, ambos tipos de curas etnólatras coinciden en prescindir de Dios , sin vacilar, cuando este compite con los supuestos intereses de la etnia ególatra. Es así como hacen un daño enorme a la fe, a la Iglesia, a la verdad histórica y a la libertad. Además de poner en peligro el destino común de todos los españoles.
Tampoco es baladí el perjuicio que causan a tantas almas que les han sido encomendadas.
Para colmo , el espíritu de caridad brilla por su ausencia en no pocas ocasiones ; especialmente cuando dicen amar a unos hijos (los nacionalistas) más que a otros .......; o como cuando se niegan a oficiar funerales por víctimas de ETA.
Tampoco hacen gala de poseer mucho sentido común cuando equiparan la violencia terrorista con la lógica respuesta del Estado cuando previene ,repele y castiga las injustas agresiones . España tiene derecho a defenderse.
Para ir terminando, simplemente manifestar que los eclesiásticos etnólatras carecen también del sentido de la solidaridad, especialmente, en su caso, de solidaridad interterritorial entre las regiones que conforman España.
También es criticable su falta de solidaridad con los que padecen falta de libertad .
Parece ser que ellos tan sólo se solidarizan con los “presos vascos” o con Estatutos laicistas como el catalán .
En realidad, la esperanza de que vascos, gallegos y catalanes sean realmente libres se llama España y esta se justifica por la fe católica. Así nos los recuerda la Historia y en ello insistía Juan Pablo II.
No estaría que los curas y Obispos etnólatras nos explicasen con claridad su extraña colaboración con gobiernos “nacionalistas” en cuyas regiones se respira en un ambiente asfixiante de falta de libertad que recuerda demasiado a no tan lejanos totalitarismos .
Habrá que rezar, y no poco , para que los curas etnólatras vuelvan a cumplir su misión.
MAG
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